Historia del mejor tarotista de España

Durante la infancia del mejor tarotista de España

Desde que era un niño veía y sentía cosas que para mí eran normales, sabía cuando iba a sonar el teléfono o cuando mi padre llegaba de trabajar, notaba sentimientos como la tristeza o el miedo en las personas, igual que cuando me mentían. Yo era un pequeño mocoso, y ya tenía el mote del «rarito», sabía cuando una persona era mala o no tenía buenas intenciones.

En mis sueños salía de mi cuerpo y volaba, visitaba sitios que nunca había visto, veía a mis padres durmiendo, pero para mí todo era normal, hasta que me hice adolescente. Fue entonces cuando tuve que elegir, ignorar todo lo que estaba experimentando o profundizar en lo que me estaba pasando. Tuve un periodo de negación, pero lo que veía y sentía no se disipaba, tome la decisión de investigar, leer, estudiar, en todas las fuentes posibles lo que podría estar pasándome. Para un adolescente ya en el instituto, esto supuso aislarme del mundo, no tener amigos, y tener un mundo interior muy amplio.

El secreto del mejor tarotista

No se lo podía contar a nadie, no lo entendían, me convertí en un adolescente introvertido, asocial, intentaba encontrarme a mí mismo.
Encontrar información no era tarea fácil, pues en los 80 no existía internet como lo conocemos ahora, tenía que ir a librerías especializadas para poder encontrar documentación, libros o cualquier publicación relacionada con el mundo de las ciencias ocultas. Pero yo era un joven estudiante, y mis padres de clase trabajadora no podían pagarme los libros que me interesaban, tenía que entrar en las librerías, echarles un vistazo, retener todo lo posible y salir de la librería sin comprar nada.

Toda la información que pude recopilar, no hacía nada más que liarme, pues me resultaba todo muy confuso; esoterismo, magia, brujería, astrología, numerología, sectas, adivinación, religiones, santería, un sinfín de terminologías que me abrumaban, y no conseguía entender. Mi investigación adolescente llega indagar nombres como Pitágoras, Platón, Aristóteles cuyas obras eran accesibles, y me dieron la primera idea.

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Tarotista desde el nacimiento

Partía de la base de que todo lo relacionado con la precognición, intuición, eran ciencias ocultas, que en la antigüedad, algunas escuelas cultivaban, junto a una doctrina accesible a todos, y otras doctrinas ocultas, reservadas para iniciados. Todo era algo místico, sin base científica alguna, llena de misterio y paraciencias. Tuve que hacer una criba de toda la información que tenía recopilada y ponerla en orden, la cual no era tarea fácil, pues todo tenía algo de sentido pero también mucha imaginación. Para ello, cogí lo que yo creía que tenía más sentido, y que se repetía por distintos autores, científicos, estudios, era el denominador común de toda la información, y deseché lo que para mí no era más que supercherías, sectas, etc.

Hice mi primer descubrimiento, la «energía«. Un denominador común para toda la información era la creencia de una energía universal, esto desde la antigüedad ya viene escrito, no es una novedad, todo es energía, el sol, el viento, las olas, nuestro cuerpo, todo emite o recibe energía, emisores o receptores, aquí subrayamos la energía como «Motor» para el funcionamiento de todo.

Mayor descubrimiento de la historia del mejor tarotista de España

Mi segundo descubrimiento, fue el «cerebro», ya sé que no he descubierto nada nuevo, pero si el cerebro como emisor y receptor de energía. Aquí puedo encajar la gran versatilidad del cerebro humano, del que desconocemos aún su funcionamiento más oculto. El cerebro humano es un gran ordenador, el cual tiene que interpretar toda la información que recibe por los distintos sentidos que tenemos el ser humano, por lo que nos lleva a la conclusión, de que el ser humano es una antena receptora, pero también es un emisor, puesto que podemos enviar información a otras personas.

Llegado a este momento que he explicado muy rápido, y sin entrar en cuestiones científicas pues nos dormiríamos todos, pude llegar a la conclusión que el ser humano puede recibir información de otras personas, aun estando a grandes distancias, y de cosas, que tengan impregnadas energías. La energía fluye por todos lados, y el cerebro analiza e interpreta.
No es nada místico, es ciencia.

Después de poner en orden toda esta información, lo veo toda más claro, no soy un bicho raro, soy uno más pero con un ordenador más potente que el resto. Mi cerebro puede analizar e interpretar información que otras personas no pueden. Para llegar a esta conclusión, e investigado las teorías de Albert Einstein, física cuántica, universos paralelos, etc., sería muy largo de explicar, pero todo tiene su fundamento en la ciencia actual.

¿Por qué me denomino Vidente?

Porque mi cerebro puede interpretar cosas pasadas y futuras.

¿Por qué me denomino Tarotista?

El Tarot lo uso como herramienta para poder interpretar lo que a mi mente se le escapa, impregnado las cartas con energía, pueden revelar acontecimientos exactos.

¿Por qué me denomino Mentalista?

Con el poder de mi mente y la palabra puedo inducir a las personas ideas, pensamientos, esperanza, ayuda, en definitiva, sugestionarlas para que superen sus miedos.

Para terminar os dejo con una cita de ese gran genio Einstein.

«La más bella y profunda emoción que nos es dado sentir es la sensación de lo místico. Ella es la que genera toda verdadera ciencia. El hombre que desconoce esa emoción, que es incapaz de maravillarse y sentir el encanto y el asombro, está prácticamente muerto. Saber que aquello que para nosotros es impenetrable realmente existe, que se manifiesta como la más alta sabiduría y la más radiante belleza, sobre la cual nuestras embotadas facultades sólo pueden comprender en sus formas más primitivas. Ese conocimiento, esa sensación, es la verdadera religión.»

Y así se sigue escribiendo la historia del mejor tarotista de España.

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